
El huracán ‘John’, de categoría 3, marcó un antes y un después en la gestión de emergencias en Guerrero. Este fenómeno natural afectó a más de 270,000 personas y dejó una huella devastadora con 23 víctimas mortales, miles de familias desplazadas, y daños significativos en la infraestructura de uno de los estados más vulnerables de México.
Por: cepyc.com Enero 08, 2025
Durante los cuatro días que ‘John’ azotó la región, las lluvias torrenciales acumularon el 85% del promedio anual de precipitaciones en el estado. Este exceso de agua provocó inundaciones masivas en áreas urbanas y rurales, deslizamientos de tierra en comunidades montañosas, y el colapso de puentes y carreteras que aislaron a varias localidades. Acapulco, conocido por ser un importante destino turístico, sufrió el impacto más severo, con más de 40,000 viviendas afectadas por las inundaciones.
La Respuesta de Protección Civil: Salvando Vidas en Medio del Caos
A pesar de las dificultades, las autoridades de Protección Civil demostraron que una buena preparación puede marcar la diferencia. Antes de la llegada del huracán, más de 10,000 personas fueron evacuadas de las zonas de alto riesgo, evitando así una mayor pérdida de vidas humanas. Además, se establecieron 50 refugios temporales que ofrecieron alimentos, atención médica y un lugar seguro para los damnificados.
Una de las estrategias más destacadas fue el uso de alertas tempranas para advertir a la población del inminente peligro. Estas alertas, transmitidas a través de radio, televisión y redes sociales, permitieron que muchas familias tomaran precauciones, aseguraran sus pertenencias y buscaran refugio a tiempo.

Reconstrucción y Apoyo a los Afectados
Tras el paso del huracán, los esfuerzos de recuperación comenzaron de inmediato. Se distribuyeron más de 100,000 despensas en las comunidades afectadas, y el gobierno proporcionó un apoyo económico inicial de 8,000 pesos por familia para las labores de limpieza y reconstrucción. Además, brigadas de trabajadores comenzaron a reparar carreteras y restablecer los servicios básicos como agua potable y electricidad.
Sin embargo, el impacto económico fue significativo. La industria turística, pilar de la economía local, sufrió grandes pérdidas debido a los daños en hoteles, restaurantes y playas. Esto evidenció la necesidad de desarrollar infraestructuras más resilientes en regiones propensas a huracanes, así como diversificar las fuentes de ingreso de la población para reducir su vulnerabilidad.

La experiencia de Guerrero con el huracán ‘John’ es un recordatorio de que la preparación y la inversión en prevención son las herramientas más poderosas para enfrentar desastres naturales. Con las medidas adecuadas, podemos minimizar las pérdidas humanas y materiales, y garantizar un futuro más seguro para las comunidades vulnerables.